Se conmemoran 125 años de la colocación de la primera piedra de la Iglesia de Palmares de Alajuela

» El 22 de Abril de 1894, Ricardo Casanova y Esteban Echeverri colocaron la primera piedra de los cimientos de la nueva iglesia.

Con el paulatino crecimiento de la colonización en Las Mercedes, (Hoy Palmares) los pobladores sintieron la necesidad de habilitar un lugar que les sirviera como casa de oración.

Por este motivo en 1858, se construyó una modesta choza de paja para ser empleada como oratorio,  en un terreno que finalmente en 1863 donó por testamento para igual fin, don Lucas Elizondo, cuando estableció que daba  “a nuestra amable patrona, caritativa, madre de Mercedes; una manzana de tierra cita al frente de la calle real, para que los vecinos le plantemos un pequeño templo en que poderle venerar, y en donde exhalar nuestras plegarias con más fervor”.

Entre los años de 1865 y 1866 se logró construir otra ermita más grande, en barro y teja, era muy humilde y carecía de los implementos básicos, y se dedicó a San José y se puso bajo la protección de la Virgen de Las Mercedes por ser la patrona del lugar.

La devoción a nuestra señora la Virgen de las Mercedes, se debió a la influencia que ejerció don Lucas Elizondo, quien era originario de Mercedes de Heredia y quien además regaló la imagen de la Virgen.

Al concluirse la ermita, los vecinos de Palmares, decidieron enviar una delegación que se entrevistó con el obispo Anselmo Llorente y La Fuente, (primer obispo de Costa Rica), con el fin de solicitarle la creación de una filial y el nombramiento de un sacerdote para el templo.

Monseñor Llorente les manifestó “no tengo a quién enviarles”, sin embargo, los palmareños, le dijeron que estaba dedicada a San Anselmo de Canterbury como éste era el nombre de monseñor, determinó que el obispo cambiara de criterio y accedió a la petición del pueblo de la siguiente forma “Se erige en filial de la Parroquia de San Ramón, la ermita construida en el distrito de Mercedes, bajó el título de San Anselmo de Canterbury (como los pobladores lo han solicitado)”.

Así el 7 de Noviembre de 1866 nació la Parroquia de Palmares, como filial de San Ramón, fecha en la cual también llegó su primer cura, don Rafael de Jesús Soto.

Desde 1873 existía en la Iglesia un armonio (órgano pequeño) que era empleado en los servicios religiosos; sin embargo, por estar en mal estado y no funcionar debidamente, el cura Belfort Mauricio Rivas, recogió el dinero necesario para sustituirlo. Este fue contratado con la Casa Comercial de Luis Ellinger y Hermanos, que se comprometían  a traerlo desde Alemania.

Llegó al Puerto de Puntarenas el 3 de marzo de 1882.

Es el órgano más antiguo del país y aún se mantiene en el actual templo de Palmares.

Otro objeto que subsiste hasta la actualidad, es el antiguo reloj de la Iglesia, adquirido en 1886 en Inglaterra, gracias a las gestiones del padre Pedro Cambronero.

El Cura Párroco de Palmares Monseñor Esteban Echeverri Ruiz necesariamente citó a los hombres del lugar para pedirles que opinaran.

Existe en esos momentos una Junta del templo en existencia, pero, como es un problema a determinar por toda la comunidad la realización del proyecto, no se lleva a discutir al seno de esta lo resuelto por los palmareños, sino que se tomara el acuerdo que resultase de la mayoría de votos  entre los presentes, puesto que cualquier resolución a tomar depende de lo que entre todos decidan hacer.

Para esta toma de decisiones  se convoca a consulta a una comunidad entera representada, como es propio de la época, solo por los hombres y a petición del sacerdote, solo podrán opinar quienes sean mayores de 15 años.

Hay una iglesia muy pequeña para la cantidad de habitantes, que posee la comunidad y que tiene partes completamente deterioradas,  con consecuente peligro para los feligreses y existe una necesidad de decidirse entre hacer un templo  nuevo o arreglar la iglesia vieja y ampliarla.

Ante esto los más viejos contestaron: ¡Reparemos el viejo! Después dijo el sacerdote: ¡Quiero oír a los muchachos!  Y estos dijeron: “hagamos un templo nuevo”.

Y se toma la decisión que obliga a hacer un templo nuevo.

A las seis de la tarde, del viernes 20 de Abril de 1894, el Monseñor  Ricardo Casanova y Estrada Obispo de Guatemala, llega a Palmares recibido por Monseñor Esteban Echeverri Ruiz que incluyó, bestias, sin costo alguno, y su equipaje, así como un grupo de jinetes acompañantes que, desde Atenas, lo condujeron hasta las decoradas calles de Palmares, en donde una multitud de pies descalzos lo recibe con explosión de bombetas y repique de campanas, en medio de aplausos y gritos.

El domingo 22 de Abril de 1894, hace 125 años, Ricardo Casanova y Esteban Echeverri colocaron la primera piedra de los cimientos de la nueva iglesia, en presencia de todo el pueblo.

El 12 de Julio de 1894 iniciaron los trabajos de cimientos.

Según cuenta la tradición, se utilizaba la clara de huevo como un componente más de la mezcla para pegar los bloques de piedra y cuando se acababa, era necesario recorrer grandes distancias para solicitar huevos a los vecinos.

Ante esta situación y para facilitar su recolección, un elevado número de lugareños regaló sus mejores gallinas para formar una granja en las proximidades del centro de población  y este fue el origen del actual distrito de La Granja.

Las campanas llegaron a Palmares el 30 de noviembre de 1899, hace 120 años, y fueron bautizadas con los nombres de Rosario y Mercedes.

La actual iglesia de Palmares, finalmente se inauguró en 1914.

Cuatro de los vitrales fueron adquiridos en 1929, hace 90 años, en Alemania, y representan a San Pedro, Santa Cecilia, San Juan Bautista y San Anselmo; existen otros dos más traídos de España y son simples dibujos geométricos.

El 24 de setiembre de 1912, se inauguró el primer alumbrado eléctrico de Palmares.

Para esta ocasión se organizaron las primeras fiestas patronales en honor a la Virgen de las Mercedes, patrona de este cantón.

Se puede afirmar que la iglesia de Palmares es un hermoso testimonio del esfuerzo y la fe de un pueblo, que a lo largo de un siglo ha luchado por progresar y mantener en perfecto estado un inmueble que hoy se constituye en el legado que nos dejaron nuestros antepasados.

Este templo representa una tipología en piedra, de la cual quedan tan solo muy pocos ejemplos en el país.

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