Pobreza en las propuestas de los candidatos para el desarrollo nacional

» Por Dr. Carlos Pomareda - Analista, consultor y economista agrícola

Con gran interés me programé para escuchar las propuestas de los candidatos en los debates del domingo y lunes, esperando, como mucha gente, algo motivador. Con gran decepción escuché las preguntas y, con mayor preocupación, las respuestas. Al final de cuatro horas me hice la pregunta: ¿Y hacia dónde, en el entender de los posibles presidentes de la República, va el desarrollo del país? y para ello, ¿cómo pueden contribuir la agricultura y la sana alimentación? Mi conclusión fue que me equivoqué de canal de televisión.

La mención de la agricultura y la alimentación en forma ínfima, circunstancial y totalmente desarticulada de todo lo demás que se dijo, llevan a una simple conclusión: El sector no les interesa, no lo entienden, o no saben cómo plantear su desarrollo. En pocas palabras, la agricultura y la alimentación y su contribución al desarrollo nacional no están en la agenda… una vez más.

La contribución de la agricultura al desarrollo nacional no puede seguirse postergando. Debe hacerse explícita por la vía de un modelo en el que prevalezca la producción equilibrada de alimentos para el consumo nacional y de productos con más valor agregado para la exportación; y el retiro gradual de la agricultura de tipo plantación-monocultivo que no cumpla con principios fundamentales. Y debe ser una agricultura más rentable, sustentada en el conocimiento y  la innovación en forma democrática, comprometida con la mejora de la calidad de los suelos; que mejore la calidad del empleo con mayor productividad,  bien remunerado y hecho posible con el equipamiento y mecanización adecuada; que use el riego tecnificado en forma extendida para aprovechar la época seca y mitigar la inestabilidad de las lluvias; y que haga uso de prácticas de control sanitario no lesivo a la salud de las personas y al ambiente.

Lo anterior llevará a una agricultura próspera y equitativa basada en un modelo adecuado para un país pequeño con cultura agropecuaria y que muestre con orgullo la identidad territorial. Este modelo tendrá además efectos multiplicadores en las economías rurales y disminuirá la dependencia alimentaria de productos básicos y procesados, que cada día se importan en mayor volumen y valor. Este modelo no es incompatible con el desarrollo tecnológico en otros sectores y contribuirá a reducir la emigración a las ciudades y; si es aplicado en forma acuciosa, generará desarrollo en los pueblos y será motivo para el retorno al medio rural. Después de todo, con tren eléctrico o sin él, la ciudad es cada vez menos vivible.

Para eso son pocas las medidas a tomar, pero son indispensables: Eliminar los monopolios privados o la colusión entre dos o tres empresas en la importación de fertilizantes, soya y maíz amarillo y en el sacrificio del ganado; sancionar las prácticas abusivas de algunos supermercados que discriminan abiertamente en contra del productor de pequeña escala o que lo hacen asumir el costo de las ofertas a los consumidores, rebajándoles el precio pagado; castigar la usura que resulta en altos márgenes de precios entre lo que pagan los consumidores y lo que reciben los productores; establecer y aplicar políticas de gestión del agua de riego que no privilegien la ineficiencia; incentivando la agroindustria rural con productos que tengan identidad territorial, de lo cual ya hay ejemplos valiosos; fomentar un papel renovado de las organizaciones de productores para proveer más y mejores servicios a los agricultores y ganaderos; y muy importante hacer más eficiente la gestión de las entidades públicas.

La población vinculada a la agricultura en forma directa es pequeña en relación al total nacional; son cien mil familias de productores; pero alrededor de quinientas mil familias dependen de quienes trabajan como asalariados y manejan microempresas que proveen servicios para hacer posible la agricultura, la ganadería y las agroindustrias. ¿Qué dirán todas estas personas, si al igual que yo, se tomaron el tiempo para escuchar a los candidatos? ¿Acaso algún candidato habrá movido el interés de todas estas personas como para motivarles a darles su voto?

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