Por Philipp Brandstädter (dpa)
Miley es una perra de alerta. No importa si Jens y ella están en su casa o paseando fuera de ella. Miley acompaña siempre a Jens y no lo pierde de vista. Esto es así porque el chico está muy enfermo y necesita tomar medicamentos. Si no los toma a tiempo, puede desmayarse. Para eso está Miley, para que eso no ocurra. Miley puede olfatear si a Jens le falta tomar sus medicamentos. En ese caso le da un topetazo a su amo o ladra para recordarle que tiene que tomar los remedios.
Casi todos los perros pueden aprender trucos como dar la pata, hacerse el muerto o buscar un palo arrojado lejos. Pero los perros como Miley aprendieron algunas cosas más. Están para ayudar a las personas. Miley tiene un fino olfato desde su nacimiento. Pero debe aprender a utilizarlo para percibir si su amo tomó sus medicamentos.
La perra de raza labrador fue entrenada para ello por la entrenadora Janine Lehmann. Ella enseña a los perros de asistencia a cumplir las difíciles tareas que se les asigna.
«Los perros quieren complacer a los seres humanos», dice la experta. Por eso es que se dice que los perros son los mejores amigos del hombre. Si están bien entrenados, siguen las órdenes de sus amos al pie de la letra.
«Para enseñarle algo a un perro hay que recompensarlo», explica Janine Lehmann. «Cada vez que reaccionan correctamente a una orden reciben un bocadillo delicioso.» Esto anima al perro a repetir la misma tarea cada vez que se lo piden. «Es importante que los animales realicen su trabajo a gusto», subraya la experta. Por eso mismo no se los debe castigar cuando no hacen lo esperado.
Janine Lehmann enseñó también a sus propios perros a cumplir algunos de los trucos de los animales de asistencia. Saben abrir cajones, accionar el interruptor de la luz o traer la llave de la casa.
Pero no por eso llegan a ser perros de asistencia. «Los perros de asistencia no se entrenan sólo por placer», dice Janine Lehmann. «Los perros de asistencia están solamente para las personas que realmente los necesitan. Mis perros son más que nada perros de familia.» Deben ser obedientes, pero a veces también se dedican a corretear y jugar por su cuenta.
La perra de alerta Miley también juguetea aún un poco. Es que todavía es cachorra, apenas tiene unos meses de edad. «Cuesta mucho tiempo y trabajo formar un perro de asistencia», explica la experta. «Los perros deben ser muy atentos y sólo deben actuar bajo comando. No pueden salir corriendo porque sí y deben ignorar a otros perros. Tienen una misión importante que cumplir.» Es por eso que Janine trabaja hasta dos años con una perra como Miley y su dueño. Hasta que los dos forman un equipo perfecto.
Las múltiples tareas de los perros de asistencia
Berlin (dpa) – Abrir puertas, traer objetos, buscar ayuda. Los perros de asistencia están entrenados para cumplir muchas tareas. «Los entrenadores preparamos a los animales para sus dueños de acuerdo a las necesidades de éstos», explica la entrenadora de perros Janine Lehmann. Es decir, les enseñan las habilidades que pueden ser útiles a cada amo en especial.
Hay por ejemplo perros de asistencia que ayudan en el hogar a personas que se movilizan en sillas de ruedas. Les asisten trayéndoles objetos que necesitan, abriendo puertas o cajones e incluso ayudándoles a vestirse.
Algunos perros de asistencia conducen a sus amos ciegos por las calles. Otros los tranquilizan si son personas especialmente temerosas o nerviosas. Y hay también perros de alerta. Ellos perciben si sus amos, que padecen de alguna enfermedad crónica, están en peligro por un agravamiento de la misma, y saben avisar a los médicos.
«Las tareas de los perros de asistencia son múltiples», dice Janine Lehmann. «Pero una cosa es común a todos ellos: deben ser muy disciplinados y obedecer siempre.»
