Turquía regresa a un pluripartidismo real

11401141_10153381031913638_4401775879117461042_nPor Miren Martínez*

El fluir de la democracia en Turquía se encuentra en pleno apogeo. El respeto a los derechos y libertades y la repartición del poder en varias opciones políticas se han postrado en las urnas durante las elecciones parlamentarias celebradas en el país el pasado 7 de junio.

El resultado electoral ha dirimido un debilitamiento en la posición del presidente turco, Recep Tayyio Erdogan, quien porta los gérmenes del partido conservador de Justicia y Desarrollo, AKP, por su etapa anterior como primer ministro de dicha agrupación. Este hecho podría consagrarse como una alerta de un cambio presidencial futuro y una inmediata reconfiguración del mapa político encaminado hacia un sistema de coalición polarizado.

Dicho marco responde principalmente a un hito clave. Por primer vez en la historia democrática de Turquía, el Partido Democrático de los Pueblos, HDP, de tendencia izquierdista y prokurdo, ha superado la barrera electoral del 10% y entra al Parlamento como partido con lista propia, con un 12,9 % de los votos y siendo el cuarto partido más votado. Dicho factor ha supuesto la reducción de escaños y la pérdida de mayoría absoluta del partido conservador de Justicia y Desarrollo, AKP, el cual alcanzó el 40,8% de los votos.

La segunda fuerza más votada ha sido el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo, CHP, con un 25,1%, y la tercera, el partido de Acción Nacional, MHP, con el 16,4%.

De este panorama se esgrime que una mayoría turca podría estar reclamando una mayor rigidez en la aplicación de los principios constituyentes del sistema laico y moderno impuestos por el fundador de la República, Mutafá Kemal Ataturk, y castigando los esfuerzos de Erdogan por consolidar una Turquía de carácter más nacionalista y conservador donde el islamismo se consagre como la máxima, incluso, en los espacios políticos. Cabe destacar que los ciudadanos negaron recientemente su apoyo al interés del mandatario de gestar una nueva reforma que permitiese que la figura presidencial asumiese mayores poderes y aprobase la reelección indefinida.

Sin embargo, es relevante subrayar el reconocimiento de la población turca del buen manejo económico, la inyección enérgica aportada y el carisma protagonizados por Erdogan, quien durante su gestión ha logrado reducir la inestabilidad política imperante en décadas anteriores sin dar paso al golpe de Estado.

Igualmente, la presencia de la coalición prokurda HDP como formación profesional en el plano político, la cual representa la población de origen kurda, podría ser decisorio para incorporar en el país los derechos de las mujeres y homosexuales.

Además, la presentación de una Turquía fuerte y democrática podría suponer una voz potente en contra de los excesos cometidos por el régimen israelí respecto de la población palestina y la exposición de un carácter islámico más moderado sería relevante en aras de consolidar un mayor puente entre Europa y el mundo musulmán.

Así, los votantes han puesto fin a la gobernanza de un solo partido y uno solo hombre. Turquía regresa a un pluripartidismo real en el que el sistema político se verá obligado a reinventarse.

* Directora Regional MR Comunicaciones Políticas

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

Recibe las últimas noticias en tu celular

Envía la palabra “Noticias” al +50663763608 y recibe nuestro boletín informativo a través de Whatsapp

Últimas noticias

Publicidad