Guatemala vive dilemas por corrupción en recta final a comicios

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Otto Pérez. Archivo

ANÁLISIS

Por Patricia Castillo

Ciudad de Guatemala, 12 jul (dpa) – Los guatemaltecos se preguntan qué nuevo escándalo de corrupción revelará en la nueva semana la instancia antimafias de la ONU para Guatemala, en plena recta final a los comicios de inicios de septiembre, marcada por los dilemas que afronta la sociedad.

Si el presidente Otto Pérez -cuyos colaboradores de mayor confianza están en el centro del repudio de la población y algunos encarcelados- debe renunciar o si da igual; si se deben aplazar los comicios para evitar “más de lo mismo”; o si vale la pena acudir a la cita con las urnas, son algunos de los dilemas que marcan el atípico proceso.

Pérez está aferrado al poder y no ha habido clamor popular, expresado con masivas concentraciones espontáneas que varias veces llenaron la Plaza Central, capaz de hacerlo cambiar de opinión. Descarta renunciar. Afirmó, la última vez que habló del tema, que eso sería “lo más fácil”.

El mandatario guatemalteco cuenta con aliados de peso, no por el débil poder que aún sostiene, sino porque su salida no compaginaría con los intereses de éstos.

Estados Unidos es uno de ellos. El consejero del Departamento de Estado, Thomas Shannon, estuvo en Guatemala la última semana y se reunió con Pérez el jueves 9 de julio, el mismo día y a la misma hora en que el yerno y ex secretario privado y ex secretario general del presidente, Gustavo Martínez, fue arrestado por un caso de corrupción y tráfico de influencias. El suceso al parecer no causó impacto y la relación sigue sin cambios.

Esto, no obstante que en declaraciones a la prensa, Shannon se pronunció a favor de las protestas contra la corrupción y la clase política.

“Las manifestaciones son cosas sanas y dignas y es deber de los gobiernos responder”, dijo el enviado de Washington, sin explicar si esto incluia la renuncia de los líderes de los gobiernos, como lo hacen las protestas guatemaltecas.

“Coincido en que el diálogo (Shannon-Pérez) es un espaldarazo a Pérez, un decir: “General, aún tenemos con ustede deudas del pasado y cumplimos con protegerlo, pero eso no se extiende a sus amigos y parientes”, dijo a la dpa Virgilio Alvarez, ex director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso-Guatemala) e investigador asociado del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Estocolmo.

De acuerdo con el sociólogo guatemalteco, la corrupción no es un tema que preocupe a Estados Unidos, sobre todo si se trata de un gobierno “de los suyos”, como los de Guatemala y Honduras (Juan Orlando Hernández). “Ellos apoyan las salidas por cuestiones ideológicas y de intereses muy particulares de su país”, explicó en referencia a los casos de Manuel Zelaya, en Honduras (2009) y Nicolás Maduro, en Venezuela.

Finalmente, tras el precedente del ex presidente guatemalteco Alfonso Portillo (2000-2004), quien fue perseguido y encarcelado por la Justicia estdounidense por lavado de dinero, Pérez “como buen militar de alto rango, se ha cuidado de no mancharse las manos”, dijo el sociólogo.

Para sostenerse en el poder, Pérez también sigue gozando con el respaldo implícito de la cúpula empresarial, que si bien mantiene una fuerte crítica contra la corrupción y funcionarios corruptos, sigue apostando por la preservación de la institucionalidad que soporte el desempeño económico, estable hasta el momento.

Paradógicamente, otro aliado de Pérez en la coyuntura son los propios partidos políticos que participarán en los comicios generales del 6 de septiembre.

El más interesado en que no ocurran cambios de fecha ni de reglas es el más fuerte de la oposición, el derechista Libertad Democrática Renovada (Lider), cuyo candidato presidencial, Manuel Baldizon, es el favorito para ganar el poder, de acuerdo con las encuestas con amplia ventaja sobre sus contendientes.

En los últimos días se incrementaron las protestas frente al Legislativo para exigir a los diputados la aprobación de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos antes de los comicios de este año.

Una de las reformas que más exigen las organizaciones civiles y académicas y que avala el Tribunal Supremo Electoral (TSE) es que se reconozca el voto nulo, es decir que si en el escrutinio los votos nulos superan a los del candidato mas votado, la elección a este cargo tendría que repetirse.

Esta reforma podría afectar a Baldizón, quien, pese a una millonaria campaña de publicidad, se enfrenta al rechazo y la desconfianza de amplios sectores urbanos.

“La gente teme que el 6 de septiembre se legitime, mediante el voto, a ‘más de lo mismo’: políticos que construyeron una imagen con base a dinero invertido en propaganda electoral, dinero de origen dudoso, y que una vez en el poder se dediquen, otra vez, al saqueo y a pagar compromisos ocultos”, dijo Manfredo Marroquín, presidente de Acción Ciudadana, capítulo Guatemala de Transparencia Internacional.

La crisis institucional del país centroamericano estalló el 16 de abril, cuando la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), de la ONU, desarticuló una estructura criminal dedicada a la defraudación tributaria.

Como consecuencia de este caso, los máximos jefes del ente recaudador de impuestos fueron detenidos, junto a otras 25 personas. La Cicig identificó como cabecilla al entonces secretario privado de la vicepresidenta Roxana Baldetti, Juan Carlos Monzón, quien está prófugo. Baldetti renunció al cargo el 8 de mayo.

Este fue el primero de los escándalos destapados por la Cicig desde abril. Luego siguió otra decena de casos, que involucran a diputados, jueces, abogados, ministros y otros funcionarios. ¿Qué sigue esta semana? se preguntan los guatemaltecos.

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