«Eva no duerme», un film sobre la odisea del cadáver de Eva Perón

Eva-no-duermeENTREVISTA

Por Astrid Riehn (dpa)

Toronto, 13 sep (dpa) – La historia de Eva Perón, “abanderada de los humildes”, siguió escribiéndose después de su muerte: su cadáver embalsamado fue secuestrado y sacado del país, al que regresó años más tarde. Ese derrotero es el que se propuso contar el argentino Pablo Agüero en “Eva no duerme”, que se estrenó ayer por la noche en el Festival de Cine de Toronto (TIFF).

Agüero, que tuvo un debut auspicioso con “Salamandra” en 2008, está actualmente radicado en Francia, país que coprodujo su cuarta película junto a Argentina y España. Asegura que lo que le interesa no es el peronismo en sí, sino “Evita”, la segunda esposa del presidente argentino Juan Domingo Perón, como mito.

“Podemos estar de acuerdo o no con lo que Eva Perón representó durante su vida, pero no podemos negar que su nombre se convirtió para las clases populares en un símbolo de la lucha por la justicia social. Ese símbolo va más allá de la mujer real. Es universal”, dijo Agüero en entrevista con dpa.

La película cuenta con un elenco internacional que incluye al mexicano Gael García Bernal como Emilio Massera, integrante de la junta militar que derrocó a Estela Martínez de Perón, tercera esposa del presidente, en 1976; a Imanol Arias como el anatomista español Pedro Ara, embalsamador del cuerpo de “Evita” tras su muerte en 1952, y el francés Denis Lavant como el teniente coronel Carlos Eugenio Moori Koenig, encargado de robar el cadáver. Por su parte, el actor argentino Daniel Fanego interpreta al presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu.

El cuerpo embalsamado de Eva Perón fue robado en 1955 tras el golpe militar impulsado por Aramburu contra Perón. Durante un tiempo, estuvo a cargo de Koenig, que de acuerdo con distintos historiadores tenía una pasión enfermiza por el cadáver, hasta que los militares decidieron trasladar el cuerpo a Milán, donde fue sepultado bajo una identidad secreta. Su paradero fue un misterio durante años.

“La del cadáver de ‘Evita’ es la historia real más increíble y fascinante que he oído en mi vida”, aseguró el director, quien también escribió el guión del film.

El cuerpo fue finalmente exhumado y trasladado en 1971 a España, donde el ex presidente Perón residía en el exilio. En 1974, el cadáver regresó con gran pompa al país.

“Evita, una de las figuras femeninas más importantes y polémicas de la historia, murió a la misma edad que Cristo, en la cima de su carrera política, fue embalsamada con una técnica secreta que la hacía parecer apenas dormida, fue secuestrada por los militares, escondida por el Vaticano, recibida en un aeropuerto por una presidenta en ejercicio, alojada en la mismísima residencia presidencial y enterrada casi un cuarto de siglo después de su muerte”, rememoró Agüero.

“Por eso no es solo una historia exótica, es una parábola contundente: muestra que no hay represión capaz de borrar un mito”, añadió.

Con una iluminación muy cuidada, en la que la idea de lo siniestro sobrevuela varias escenas -especialmente aquellas en las que el anatomista Ara manipula el cadáver-, la película evita caer en el morbo.

No muestra, por ejemplo, las vejaciones a las que habría sometido Koenig al cadáver, ni las supuestas ceremonias espiritistas que llevaban a cabo con él la tercera esposa de Perón y su secretario, José López Rega (“El Brujo”).

“A pesar de que llegué a escribir varias versiones de esas escenas, decidí en toda consciencia no filmarlas”, aseguró Agüero. “En el cine es demasiado fácil mostrarlo todo, conmocionar, escandalizar, dar golpes bajos. Por eso me parece esencial mantener el sentido del pudor. Hay cosas que sucedieron en la realidad pero que serían inverosímiles, ridículas y obscenas en una película”.

Agüero contó que investigó “muchísimo” para el film, y no sólo sobre temas históricos, sino también sobre técnicas de embalsamamiento. “Pero acabé comprendiendo que, para ser fiel con mi búsqueda de lo sublime, debía alejarme del mimetismo puro y permitirme la libertad artística”, dijo.

La narración es acompañada por numerosas imágenes de archivo, como las del bombardeo de la Plaza de Mayo en 1955 y el multitudinario velorio de la “jefa espiritual de la nación”.

“Intenté que la película no fuera sobre el peronismo sino sobre el pueblo. Para los años ’50, seleccioné las imágenes que representaban el candor popular de esos proletarios que entraban por primera vez en la capital de su propio país, busqué captar la dimensión desmesurada de esas multitudes que produjeron una revolución por su simple presencia”, explicó.

Consciente de que la elección de Gael García Bernal como Massera quizá despierte alguna reticencia, el director señaló: “Gael, muchacho hermoso y simpático, representa lo contrario de la imagen que nos solemos hacer de los dictadores más sanguinarios de América Latina. Y sin embargo ese dictador tenía más aires de galán de casino que de Hitler tercermundista. Y Gael tuvo la habilidad actoral y la lectura política necesarias para construir desde esa base un dandy profundamente perturbador”.

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