Sala IV: “Cocorí no es discriminatorio, racista, ni violatorio de derechos fundamentales”

San José, 23 abr (elmundo.cr) – Cocorí no es racista. Así lo ha dicho dos veces la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia según las sentencias que solicitó este medio a la oficina de prensa.

El primero de los recursos de amparo fue presentado por Lindley Dixon Powell, vecino de Heredia y Epsy Tanisha Swaby Campbell, vecina de Limón el 26 de enero de 1996, ambos en ese entonces menores de edad y estudiantes de sexto grado, contra el Ministerio de Educación Pública.

Tanto Powell como Campbell argumentaron que la obligatoriedad de leer “Cocorí” del costarricense Joaquín Gutiérrez les causó “serios problemas con los compañeros de curso y de escuela, quienes motivados por la lectura han expresado criterio netamente racistas, los cuales, se manifiestan en expresiones verbales comparativas, negativas y degradantes hacia nosotros y de personas con el color de piel como el de nosotros, que incluso nos agreden moralmente”.

Eduardo Doryan Garrón, en su calidad de Ministro de Educación Pública en ese entonces manifestó que no hay conexión alguna entre la decisión adoptada por el Consejo Superior de Educación de incluir el libro “Cocorí” dentro de los contenidos a evaluar en la prueba de conclusión de estudios del Segundo Ciclo, y los derechos y libertades personales que supuestamente, fueron lesionados.

Los magistrados fallaron en contra de los menores alegando que no encontraron ningún elemento discriminatorio o racista en el libro y advirtieron que de existir algún tipo de reacción contra niños de raza negra por la lectura de “Cocorí”, debería evitarse con la intervención de los docentes en los centros educativos pues tienen la obligación de analizar en forma objetiva el material literario objeto de examen.

“Cada maestro debe explicar al alumno el momento en que se crea determinada obra,  cuál era la forma de pensar de la sociedad de esa época, interpretar -de forma razonada- lo que el autor quiso decir al crear la obra, ya sea con datos biográficos del mismo, o con otro tipo de recursos, y no permitir que obras como lo es  “Cocorí”, cuyos reconocimientos a nivel mundial han sido motivo de orgullo para el pueblo costarricense, se presten para hacer resurgir una desigualdad que no debe existir entre seres humanos”, dijeron en ese entonces los magistrados de la Constitucional.

El segundo recurso fue presentado el 20 de junio de 2003 por Federico Malavassi Calvo, entonces diputado contra el Presidente de la República (Dr. Abel Pacheco de la Espriella) y el viceministro de Educación Pública (Wilfrido Blanco Mora).

Si bien la Sala IV ya había dicho que la obra no era racista, Malavassi presentó un nuevo recurso porque Pacheco y Mora retiraron de la lista de obras de lectura obligatoria a Cocorí, alegando que la obra era racista por presiones de la entonces y hoy diputada Epsy Campbell, Quince Duncan, la Ministra de la Condición de la Mujer, Esmeralda Britton, la escritora Eulalia Bernard y la Asociación Proyecto Caribe.

Federico Malavassi perdió el recurso de amparo según la sentencia 2003-05317 pues argumentó que la decisión fue tomada por Pacheco y su viceministro, sin embargo la Sala determinó que no fue así. De paso, los magistrados reiteraron que tras realizar una lectura a “Cocorí” no consideraron discriminatorio, racista, ni violatorio de derechos fundamentales el texto.

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